miércoles, 1 de septiembre de 2010


DUENDE


Se conoce en nuestra tierra, historias de este pequeño hombre sito regordete y jovial;

siempre pícaro, atractivo, y astuto, sencillo y jugeton.


Vive errante entre cañones; y cascadas; muchos son los que lo han visto entre la chorrera; cantando y vailando con una guitarra y una botella de vino vasia.


Con su canto engatusa a las mujeres, dando a las mujeres una apariencia

atractiva sutil y sencilla; viste pantalón corto y andrajoso, sus rodillas rotas y nalgas parchaditas, usa un saco de volsillos rotos y un sombrero grande que solo da a notar sus ojos vivas.


Les gusta enamorarse de las niñas menores de 10 años, que les gusta andar en el monte,

que las encanta con dulces mágicos, que en realidad son estiércol

además le gusta chuparle los senos con delicia.

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